
Hoy en la buhardilla vamos a ver como podemos construirnos nuestro propio vermicompostador de manera fácil. Mediante el vermicompostaje conseguimos convertir los residuos orgánicos en abono para nuestras plantas. Este proceso de conversión es llevado a cabo por las lombrices que contiene en su interior. Estas irán comiendo la materia orgánica que les pongamos en el vermicompost y con el paso de los días este se convertirá en el preciado abono de lombriz., con todas sus múltiples virtudes. Nuestro objetivo va a ser crear un práctico vermicompostador con cajas de plástico, para así tener un fácil manejo y guardado. Sin más dilación empecemos.
A continuación la lista de material que vamos a usar.
3x Caja de plàstic
Grifo
Destornillador
Lo que vamos a hacer será crear un vermicopost con tres niveles, en el nivel más bajo vamos a recolectar todos los líquidos que se van produciendo durante el proceso, estos líquidos o lixiviados los vamos a poder usar como fertilizante Los dos niveles superiores los vamos a ir rotando a medida que el proceso de compostaje avance. Para empezar vamos a ir rellenando el nivel del medio con los restos vegetales que queremos compostar para mejorar el proceso podemos incorporar los vegetales cortados en trozos pequeños. También podemos incorporar un poco de cartón para dar espacio a los gusanos para crecer. Iremos rellenando esta caja hasta que este completamente llena. Momento en el que incorporaremos el tercer nivel y empezaremos de nuevo con el procedimiento. Cuando los gusanos terminen de compostar toda la materia orgánica contenida en el nivel dos subirán al nivel tres a seguir comiendo. En este momento también podemos utilizar todo lo contenido al nivel dos como vermicompost como fertilizante para nuestras plantas.
Como el sistema cuenta con varios niveles lo que tendremos que hacer será facilitar la movilidad de lombrices un nivel a otro. Con esta finalidad vamos a proceder a hacer un conjunto de agujeros en las tapas y los fondos de los recipientes, de esta manera las lombrices podrán pasar de un nivel a otro sin problemas. Es importante que intentemos que los agujeros hechos en una tapa coincidan con los del fondo del recipiente que tienen encima, de esta manera aparte de facilitar el movimiento de las lombrices también ayudaremos a la recolección del lixiviado creado. Es importante recordar que en el recipiente que ira al fondo del todo no tendremos que hacer ningún agujero, puesto que, si no perderíamos el lixiviado, lo mismo pasa con la tapa que ira en la parte superior, que tampoco vamos a realizar ninguna incisión.




A la hora de realizar los agujeros la manera más fácil y rápida (a mi entender) es la de calentar la punta de un destornillador y una vez que este bien caliente hundirla rápidamente en la parte en la que se quiera hacer la incisión. Repetiremos el proceso para cada agujero a realizar poniendo a calentar de nuevo el destornillador si fuera necesario. Para facilitar el flujo de aire y ayudar a una correcta oxigenación también vamos a realizar una serie de agujeros en la parte superior de cada uno de los recipientes. Para finalizar vamos a colocar un grifo en el fondo del último nivel, de esta manera podremos recuperar el lixiviado cuando queramos. Con esto terminamos la construcción de nuestro vermicompost, ahora solo queda poner las lombrices y la materia orgánica, en el interior del recipiente y esperar que las lombrices hagan su magia. A medida que vayamos introduciendo los restos de materia orgánica, las lombrices se lo irán comiendo.
Espero que esta entrada os haya servido para ayudaros en la construcción de vuestro primer vermicompost y así aprovechar todo el potencial de las lombrices para la elaboración de fertilizante de primer nivel.
Saludos y hasta la próxima aventura
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